¿Cuantas veces he intentado amar, cuantas veces he amado y vivido eses momentos únicos?

¿Cuantas veces esa sensación de ser uno con el otro ha surgido?

¿muchas, algunas, muy pocas?

No le veo la importancia, ni la calidad del numero de veces, ni la duración, ni siquiera la intensidad.

Tomo si, consciencia, que es lo que había realmente, cuando sentia que estaba amando en la interpretación de un sentimiento, en la valoración de una respuesta, en la identificación de un deseo, en la misma superación de malas experiencias pasadas, en querer hacer mejor que antes, en verme más espiritual, sexual, amoroso, integrado, conectado, libre, sensible …

Tantas calidades, ideas y formatos para amar.

Aunque al final, en muchas ocasiones, solo había miedo, un amor desde el miedo.

El miedo al abandono, el miedo a no ser aceptado, el miedo a perder, el miedo a ser descubierto mi miedo, el miedo a ser dejado, el miedo a que se caigan mis estrategias, el miedo a que se caiga el imagen tan duramente preservada por décadas, el miedo a sentir, el miedo a decir no, el miedo a decir si, el miedo apenas a ser, el miedo a Amar verdaderamente.

Y es en esta descubierta que nada ni nadie se mueve, que no hay resentimientos, ni culpa, ni pena, ni lastima, apenas surge un dolor que es lo más bello testimonio que estoy Aprendiendo a Amar … el Amor surgió en la plena aceptación de quien soy ahora mismo.

Y la luz se ha hecho, esa misma luz que nunca ha dejado de estar aqui, nunca ha dejado de existir.